en esta nueva entrada de la serie daylight seguimos dando ejemplos arquitectónicos de cómo tratar transparencia y color.
además, aportamos otras cuestiones a tener en cuenta para su correcto uso.
anteriormente reflexionamos cómo el hecho de aplicar un filtro puede alterar la percepción de los alrededores.
en espacios urbanos y en edificios públicos ¿desamos modificar las vistas?
también indicamos que la aplicación de elementos transparentes hace que la relación entre interior y exterior sea más estrecha y que, por lo tanto, hay que tener en cuenta sus usos.
como resultado, una fachada puede ser un medio de comunicación que transmita un mensaje en concreto.
en el caso del palacio de congresos de montreal, la incidencia de iluminación natural y color reproduce una retícula en su entrada.
se podría interpretar que la selección cromática tiene que ver con un deseo de reforzar la idea de “bienvenida” a través de sus aperturas, algo intrínsecamente relacionado con el uso de un “hall”.
más aún, los efectos generados también podrían apelar a otros conceptos como el de diversidad, dinamismo u optimismo.
proyectos como este ponen en evidencia que ha habido un previo estudio de la trayectoria solar, así como un cálculo de la incidencia de la misma.
entendemos que dicha decisión en la fachada ha sido empleada teniendo en cuenta que afectaría a una zona de paso, puesto que dichos efectos lumínicos serían poco deseables un espacio de trabajo o de docencia.
en ocasiones, el filtro de color solo tiene una mera opción estética, que no está tan relacionada con el uso del espacio sino con un refuerzo de imagen que la propia entidad quiere proyectar.
una manera de controlar la incidencia de los filtros es reduciendo exponencialmente el grado de reflexión, a través de materiales como el policarbonato, ampliamente usado en la arquitectura contemporánea.
como por ejemplo ocurre en este edificio situado en montpelier, la sede kawneer, donde dos54 se encargó del proyecto ejecutivo.
otra particularidad de la transparencia, que en muchas ocasiones pasamos por alto, es su relación con la iluminación.
y es que los efectos característicos hacen que el material se convierta en una pantalla espejo o en un elemento invisible.
esto está únicamente regido por la interferencia de la iluminación natural y la artificial.
imaginemos el caso de unas oficinas…durante el día, con el máximo índice de ocupación, las fachadas transparentes se relacionan con el entorno, con más o menos intensidad, dependiendo del grado de reflexión del material y la incidencia solar.
como vimos en las oficinas de gaes, pueden llegar a incorporar toda la actividad que ocurra a su alrededor.
en cambio, en horas nocturnas, donde todavía se puede concentrar actividad laboral, el interior del edificio queda “al desnudo” en cuanto los índices de iluminancia sean superiores en el interior.
dicho de otra forma, cuando se hace uso de la iluminación artificial.
es correspondiente cuestionarnos si esto es lo que realmente deseamos y, sobre todo, dónde no queremos que se produzca.
lo que debemos tener siempre en cuenta es que transparencia+color+luz son tres factores que van de la mano y que deben tratarse conjuntamente según el contexto en el que nos situamos.
si lo que se desea es transmitir un mensaje a través de los materiales, hay que ser consciente de cuándo éste puede quedar diluido, dependiendo de las fuentes de luz.
y, a lo mejor, esto nos remite a un planteamiento inicial: si éste mensaje es necesario y cuándo lo es.
por otro lado, desde una visión exterior, estas cuestiones se vuelven a producir.
si lo que queremos es iluminar la fachada, se debe encontrar la forma más adecuada teniendo en cuenta el material.
son factores que sin duda resolverá el diseñador de iluminación, pero que deben tener en cuenta todos los profesionales implicados en el diseño del edificio.
una vez más, esto demuestra la íntima relación que hay entre entorno, visibilidad, eficiencia energética, comunicación y usos cuando optamos por la transparencia y el color.
en resumen, una fachada transparente se transforma en un elemento exterior e interior que, por propiedades de reflexión y refracción, establece lazos intrínsecos con los edificios colindantes, con la distribución de los espacios interiores y, además, con los usuarios.
de esta manera, no sólo proporciona una apertura mayor y, por tanto, una gran aportación de la tan apreciada luz natural.
también puede reflejar una idea o mensaje para reforzar la imagen de las entidades que ocupen el edificio.
estas son las razones que nosotr@s nos sentimos motivados trabajando con este tipo de fachadas, ya que requieren de una serie de retos diferentes a los que normalmente nos enfrentamos en cualquier otra edificación.
aportamos soluciones técnicas para el tratamiento adecuado al material, contribuimos al diseño, hacemos un estudio de la transición solar y el cálculo de su incidencia y tenemos en cuenta su iluminación.